miércoles, 6 de septiembre de 2023

Directo al corazón, tercera sesión

 Trabajos realizados durante la tercera sesión de este taller literario epistolar impartido por Ana Saavedra Villanueva, agosto 2023.



Puebla, Pue. 30 de agosto de 2023.


¡Querido Xavi!


Anoche soñé con mi perro, de cuando era niña, era un perro blanco con manchas cafés, grande y elegante como su nombre, “Duque”. Estábamos en la esquina de la calle donde vivíamos en la CDMX.


Me senté en la banqueta y mientras lo acariciaba le agradecí que siempre me acompañaba por los mandados y jugaba conmigo. Le platiqué del Ixtac (significa blanco en náhuatl), el perro Samoyedo que tuvimos cuando tu papá y tu tío Gus eran chicos, nos acompañó 15 años con sus travesuras, sus achaques y lo que nos dolió su partida. Le platiqué también de tu perro Falkor, que te acompaña desde que naciste, de como te vio crecer y de sus juegos y a veces peleas por la atención de tu papá o por el cojín favorito. De como te ayudo cuando aprendiste a caminar.


Que vidas tan diferentes, creo que mejor cada vez, antes no les permitíamos estar dentro de las casas y subirse en nuestras camas. Ahora hay más recursos para su alimentación y cuidado, me disculpé con el Duque porque no recuerdo cuando murió, me da tristeza que se acostumbraba tirarlos al basurero, no recuerdo lo que pasó. A Ixtac lo cremamos y está en nuestro patio, a él también le faltaron cuidados, no había tiempo.


Ahora estoy más tranquila, en mis sueños pude agradecer al Duque su compañía y que supiera de mis hijos, de ti, mi nieto y de las mascotas en nuestra vida.


Tu abue que te ama


Araceli

PD. Ojalá sueñe con Ixtac, ya te contaré.



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10/sep/2021


Querida abuela, le escribo por este medio ya que lo que le voy a decir es importante:


El día 10 de agosto fui a visitar a mi abuelo al cementerio, fui a platicar sobre todo lo que a pasado después de su perdida le dije que usted a viajado a Estados Unidos, sus hijos crecieron y formaron cada quien su familia. 


Después de esa platica era hora de irme, escuche una voz que me llamaba una vez y otra vez, escuchaba como mi abuelo me decía que siguiera adelante y que cumpliera mis metas a pesar de los problemas y que siempre busque la manera de solucionar. Después regrese a mi casa y decidí escribirte lo que pasó.

Atentamente su nieta

Jade


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Florencia, Italia a 30 de agosto de 2023.


Hija de mi corazón:

Necesito contarte algo que me sucedió ayer que hacía mi caminata en el jardín, me paré un momento para contemplar el cielo y los árboles, el movimiento de las hojas, los tonos de verde, y azules, me sentía maravillada con ese milagro de la naturaleza, cuando de pronto vi que algo bajaba del cielo, sentí algo de temor y cerré los ojos para tranquilizarme, al abrirlos estaba frente a mí un ángel de Dios, resplandecía en tonos plateados y dorados, quedé inmóvil por unos segundos, a la vez experimenté una paz indescriptible.

Habló conmigo entre susurros con una voz aterciopelada, hermosa.

Quiero que sepas que ya no tengo miedo de partir, que he tenido una vida maravillosa, sé que me extrañarás y los niños también esos nietos que llenaron mi vida de alegría; pero ya estoy cansada la artritis, una enfermedad que me agota, que es dolorosa, mis huesos deformados me impiden hacer
muchas cosas, estar en éste lugar fue lo mejor para ambas, pronto partiré no sin antes decirte que me tarde mucho en escribirte por mis dolores.

Tal vez mis palabras duelan porque sé cuanto me amas, yo también te amo, seamos felices con nuestra realidad, el ángel vendrá pronto y me iré para convertirme en el tuyo.


Mamá

(Susi Robles)

jueves, 31 de agosto de 2023

Directo al corazón, segunda sesión, 2023

 Cuautla, Morelos a 30 de septiembre de 2017


Querido Pedro:


Hace tanto que no te escribo, desde que te fuiste de casa de esa forma, he respetado tu vida, la manera en la que rompiste el lazo familiar, fue doloroso por muchos años, hoy más que nunca puedo entenderte porque soy mamá sabes, mi hija tiene 15 años; extrañarte es algo a lo que me acostumbré, pero, cuando cierro los ojos y trato de sentirte es como abrazarte como cuando éramos niños; entonces, sé que estás bien y que en algún momento regresaras como me lo prometiste.

Comprendo que no te guste ver noticias de México y lamento ser portadora de una noticia que en lo personal me ha dolido tanto como cuando partiste de casa, ese dolor que sientes que traspasa todo tu cuerpo y te arranca el corazón.

Teníamos 22 años ambos, a punto de terminar nuestras carreras, entiendo que estabas muy enamorado de Edgar y decidiste contarle a papá, él, en ese momento no te comprendió, te quiso imponer un tratamiento para erradicar tu preferencia, tampoco lo entendí y por años estuve enojada con él, pero, siempre nos cuido, nos dio una carrera, trabajó mucho, se vino de su pueblo para darnos una mejor vida, fue educado diferente, los abuelos ya eran grandes y muy religiosos, por eso le costó mucho.

El 17 de septiembre tembló y la casa de papá se cayó, él no pudo salir, ya tiene setenta y cinco años, una viga le cayó. Ayer fue cremado, tengo las cenizas, te escribo porque encontré su caja del pueblo como le decíamos, recuerdas, el diecinueve cumplimos cuarenta y siete años, han pasado veinticinco desde tu partida, papá ya no fue el mismo, creo que la culpa no le permitía ser feliz desde que te fuiste; en esa cajita había una carta que me daría el día de nuestro cumpleaños que lo visitaría para desayunar con él como cada año.

Abrí la carta y quedé perpleja, comprendí tanto de nuestra historia y de la de él. Papá nos adoptó, contarte lo que él escribió requiere de sentarnos y hablarlo, hermano mío, eres esa parte que sentí por años que me faltaba, te pido, te suplico que vengas y nos veamos para que leas la carta, en mi casa siempre serás bien recibido, igual que tu esposo.

Quedo a la espera de tu respuesta y recuerda que te amo profundamente,


Paola


(Susi Robles)


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México, D.F. a 20 de septiembre de 2017


Mi muy amada hermana


Tengo que darte noticias muy fuertes que incluso yo no acabo de digerir, como me gustaría decírtelo personalmente para abrazarnos y reflexionar juntas, pero ante la premura de los hechos tienes que saberlo ya.

Nuestro padre murió en el terremoto, se encontraba solo en el departamento, por azares del destino encontré una carta suya que te transfiero textual.

Hijas mías, soy viejo y presiento que pronto moriré, por lo que quiero contarles un secreto familiar: tómenlo con calma pues para mí siempre serán mis hijas.

Cuando conocí a su madre ella estaba embarazada del padre de ustedes, un fotógrafo de Nat Geo con el que tuvo un romance, pero tuvo que viajar de emergencia y ya no volvió. Yo me enamoré inmediatamente que conocí a su madre, ella estaba muy triste en ese momento y después nos enteramos de su embarazo, yo le dije que asumiría la paternidad, al poco tiempo supimos que ustedes serían gemelas, su padre después escribió, pero ya no volvió a obtener respuesta.

Después de que su mamá murió, pensé en decírselos pero no estuve seguro hasta ahora. Aquí

vienen los datos de su padre biológico por si quieren buscarlo, venían en sus cartas.


Las amaré hasta la eternidad

Su padre

Francisco


Bueno querida Isa ahora que lo sabes quiero que reflexiones y nos veamos pronto, para que juntas, como siempre, tomemos decisiones.

No sabes como te extraño hermana, me has hecho mucha falta y no veo la hora de abrazarte y

estar juntas de nuevo.


Tu hermana que te adora

Andrea

(María Villalpando)



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Queridos hermanos.

Hola hermanos, lo que les voy a decir. 
Primero te voy a decir, después de el suceso del temblor entre a nuestra antigua casa y me encontré una maleta llenas de cartas en especial me llamo una la atención y decía lo siguiente.
"Queridos hijos, todo este tiempo me a costado decirles la verdad, en estos años que pasaron su mamá quedo embarazada de su ex pareja, su ex tuvo una emergencia y tuvo que salir del país ya qué era médico, después nos conocimos y nos enteramos que estaba embarazada de gemelos osea ustedes, lo entendí y decidí cuidarlos como si fueran de mi sangre, me duele que en algún momento se enteren qué no son mis hijas si no que solo son mis hijas adoptivas". 


(Jade)

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México D.F a 11 de diciembre de 2017


Mi muy querido Santiago:

Como me encantaría que estuvieras aquí, bien se, tú también lo quisieras, entiendo que para ti estar lejos en estos momentos ha sido aún más difícil, perder a papa es un dolor tan grande que por el momento no alcanzo a imaginar donde acabara, pero sentir que lo estamos viviendo juntos,

aunque no estes aquí, es para mí un bálsamo.

Y tal parece que en nuestro caso, este terremoto no solo vino a arrebatarnos a papa, también vino a desenterrar noticias que han estado escondidas durante mucho tiempo y que para nosotros son muy importantes; Ayer tuve que volver a la casa, mi idea era recuperar papeles para ir haciendo algunos trámites y aunque no fue fácil logre entrar a la casa, gracias a que han comenzado a limpiar afuera, así fue como empecé mi búsqueda encontré una maleta vieja y que nunca había visto; en ella Santi, encontré una carta que papa había escrito justamente el 10 de septiembre. Como con la intención de revelarnos este secreto. debí esperar y abrirla juntos pero la curiosidad me invadió.

Esta carta está dirigida a ti a mí, ahí nos cuenta primero que nos adoptó casi recién nacidos.

Nos cuenta también una historia muy muy incompleta y muchas fotos, para mi esta noticia me ha dado un vuelco en el alma, mi mente está llena de muchas preguntas. Santi debemos vernos pronto, y decidir qué vamos a hacer con ésta importante información sobre nuestras vidas.

Después de varios días y de pensar y pensar yo encontré una idea a la cual aferrarme y eso me dio

algo de paz, el amor que nos dio papa en todos estos años.

Te quiero

Paloma

(Gely ) 



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 Cd. De México, 23 de octubre de2017.


Querida y recordada hermana:

Deseo que esta carta te encuentre en buena salud. Espero también que mi sobrina Anita se encuentre bien y ambas disfruten su estancia en la bella ciudad de Aguascalientes.

Como estarás enterada el reciente temblor de tierra en ciudad de México además de causar fueres estragos en lo material trajo consigo otras sorpresas y consecuencias; nuestra casa familiar está prácticamente destruida, pues era una construcción antigua que no había tenido buen mantenimiento y no resistió la embestida de la naturaleza.

Hermana linda, debo darte otra noticia muy importante e impostergable, prefiero que la conozcas por mi conducto y me apresuro a informarte que nuestro padre tampoco resistió el impacto de este fortísimo sismo. Su corazón sufrió un infarto fulminante y no alcancé a cruzar palabra con él, sólo nos dejó una profunda y tierna mirada y el esbozo de su sonrisa; me he hecho cargo de lo necesario y sigo en trámites de todo tipo. Querida, las sorpresas aún no terminan y considero es mejor te enteres ahora de un gran secreto que mantuvo callado nuestro padre toda la vida. Resulta que ambos somos hijos adoptados por él desde bebes. De no haber sido así tal vez habríamos sido entregados a alguna institución pública para nuestro cuidado, ya que no había familiares cercanos localizables.

Nuestro padre médico destacado, dedicado casi por completo a dirigir su hospital y atender a numerosos pacientes; tuvo la oportunidad de adoptarnos formalmente ya que, como sabes nuestra amada madre falleció debido al difícil parto y nuestro supuesto padre biológico, siempre estuvo ausente. Siendo parte de la alta estadística de hombres a quienes les es aparentemente fácil abandonar a sus parejas y familias.

Te preguntarás cómo se todo esto y porqué hasta ahora te lo comparto. Debo confesar que después de tan difíciles acontecimientos, tardé en poder entrar a lo que queda de la casa y entre muchas cosas que debía revisar y tal vez desechar; estaba el inseparable portafolios de papá y en éste una larga carta rotulada para nosotros donde se relata nuestra verdadera historia de vida. Él estaba decidido a develar todo esto en las próximas navidades durante nuestra tradicional cena familiar y hablarnos de su amor y cuidados, así mismo de la herencia; pero esa es otra historia pendiente que ya te compartiré. Por lo pronto espero puedas asumir con madurez estas revelaciones que transforman nuestra realidad y son ya de tu conocimiento.

Estoy seguro de que tu amor por nuestros padres no se afectará y muy pronto podremos abrazarnos y hacer planes para nuestro futuro como familia.

Siempre contigo,

Miguel

(Viviane)


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Ciudad de México, 24 de septiembre de 2017


Querido hermano Luis


Me disculpo por escribir hasta ahora, como te imaginarás, después del temblor del 19 la ciudad es un caos y las comunicaciones apenas se están restableciendo. En la

organización en la que trabajo, el trabajo fue muy intenso, tuvimos que atender a muchas personas que estaban en crisis por sus perdidas, así como recabar alimentos y ropa para quienes perdieron todo.


Entiendo tu desesperación al estar al otro lado del mundo en estos momentos y no recibir noticias nuestras, espero entiendas la situación y te pido que leas esta carta detenidamente, es mi intención que estas letras que he escrito con sumo cuidado y con todo el cariño que te tengo, puedan explicar nuestra situación.


Desgraciadamente el 19 de septiembre nuestro padre no tuvo tiempo de salir de la casa, su corazón no resistió la impresión, su muerte fue instantánea; afortunadamente sin sufrimiento. Han sido una serie de trámites sin fin y rescatando algunas cosas de la casa, documentos principalmente.


Aunque nuestro viejo era muy optimista y alegre, desde que falleció mamá no se recuperó

del todo, siempre extrañándola. Creo que él ya estaba preparando su propia partida.


Encontré una maleta con los documentos en perfecto orden: su testamento con las disposiciones claras y con las firmas y sellos de la notaría a la que acostumbraba acudir,

cerca de la casa.


También encontré una carta para nosotros , con una revelación de algo, que de alguna forma sosopechábamos y que comentamos cundo éramos adolescentes. La duda de por

qué no nos parecíamos ni a papá ni a mamá.


En la carta cuenta nos cuenta que tenían una persona que les apoyaba con las tareas de la casa, era un joven originaria de Jalisco llamada Daniela. Ella se embarazó y les pidió su

apoyo para tener a su bebé, porque su novio se esfumó cuando se enteró.


Desafortunadamente al ser un parto de alto riesgo por su edad y doble, ella murió. Ellos tenían 10 años de casados y habían decidido no tener familia, sin embargo, se hicieron cargo de nosotros y nos dieron todo su amor, cuidado y el apoyo en nuestra educación.


En la carta nos dice el nombre completo de nuestra madre biológica y el nombre del pueblo

de donde era, por si algún día queremos saber más de nuestros antepasados. Nos agradece todo el amor que les dimos y las satisfacciones al ser hombres responsables y grandes profesionistas.


Creo que desde el cielo verán con gran orgullo el título de Doctor en Oceanografía que traerás de Australia.


Tendremos mucho que platicar, ahora que regreses. Te abrazo con el corazón y te espero con ansia para ir juntos a agradecer a nuestra madre y padre por su generosidad y amor.


Tu hermano que te quiere y admira

René

(Araceli)


martes, 22 de agosto de 2023

Taller epistolar agosto 2023, primera sesión


 

Taller epistolar agosto 2023




Cartas para Esteban













Querido y desvalido hijo:


Dejo esta carta no como un adiós, sino un hasta luego, pues confío podamos reencontrarnos pronto y retomar nuestras vidas.

Me veo obligada por la situación caótica de post guerra que vivimos a migrar de nuevo, en búsqueda de mejores horizontes; no es posible llevarte conmigo, por tu precaria salud y la operación en tus piernas que requieres. Además mi subsistencia es muy limitada y tú requieres además de ayuda médica, un lugar estable para recuperar la salud y el buen ánimo.

Confío que aquí te brinden lo necesario y que tú hermana pueda venir por ti al internado lo antes posible, para abrazarnos nuevamente. No me juzgues muy severamente; creme que está decisión fue muy difícil, pero la sobrevivencia en estos tiempos se ha vuelto casi un milagro.


               Con todo mi amor,

                        Mamá


(Vivianne Thirion)











2 de diciembre de 1941

Querido Esteban


Ahora que ya no estés aquí, quiero decirte algo muy importante.

Antes que nada, perdóname por haber mantenido en secreto la carta de tu madre, pero tenía que esperar que fueras mayor y te fueras de este lugar, para que tuvieras un mayor entendimiento de la vida, de tu madre y las razones que tuvo en ese entonces para no mantenerte a su lado. 

Pensé que sería lo mejor para ti.

Siempre te he querido mucho, eres un chico muy especial y tu presencia me alegró el corazón desde que llegaste a este lugar. Se que te irá muy bien en la vida y aprenderás lo que necesitas para ser feliz, con la gente que encuentres en tu camino.

Tu viejo amigo

Roberth


P.D. Quizá cuando leas esta carta, yo ya no esté aquí, pero recuerda siempre los juegos y

momentos que compartimos.


(María Villalpando)








San Francisco California, 14 de agosto de 1946


Querido hermano


Sé que han pasado muchos años desde que la decisión de mamá, nos separó. Ella nunca me dijo donde estabas, pese a que se lo preguntaba con frecuencia.

Pasamos , días, meses, años muy difíciles, al grado de tener que buscar algo comestible en los basureros, haciendo a un lado la repugnancia. Transcurrieron dos años, para que yo pudiera conseguir un trabajo. Poco a poco fuimos mejorando nuestra situación .

Hace unos años la muerte sorprendió a nuestra madre, no alcanzo a decirme dónde encontrarte.

Desde entonces, anduve visitando todos los orfanatos de esta ciudad, hasta que al fin, tuve la suerte de llegar al que fue tu hogar, hablé con Abigail de Servicios Infantiles, un ángel. Ella me comentó que ya no estabas en esa institución, pero me confió que hacia poco tiempo que un hombre te había adoptado, pero que desafortunadamente no había resultado bien y habías escapado de su casa. Sin embargo, investigó tu paradero y le llevó la dirección a Abigail, para que pudieran localizarte, tenía miedo que algo malo pudiera pasarte.

Me tomó días localizarte, pero estoy feliz porque puedo verte otra vez. Eres un joven muy apuesto de casi 18 años. Yo tengo ahora una estabilidad económica y aunque no soy rica, podemos salir adelante, juntos.


Por favor, démonos una oportunidad de vida, como familia.

Espero tu respuesta, con mucha ilusión.

Tu hermana que siempre te querrá.


Irene

(Araceli  Zapata)













Los Angeles, California a 20 de enero de 1942.


Esteban, ya tienes 18 años, es momento de decirte que tu hermana me localizó hace dos años para saber de ti, saber dónde te encuentras y quién te adoptó.

Han pasado cuatro años desde ese 15 de enero de 1938en que llegaste a un nuevo hogar, trate de encontrar una buena familia para ti, no fue fácil por la situación económica del país, espero comprendas, por qué callé durante todos estos años.


Vi a tu madre llevarte al orfanato, destrozada por no poder ayudarte a tener una mejor vida, sin dinero para alimentarte y mucho menos para los cuidados que necesitabas para tu salud; tu hermana venía con ella, le culpaba porque su papá se fue cuando ella se embarazó de otro hombre, fue una de las causas por las que tu mamá no pudo con la culpa de enamorarse de otro hombre y tenerte, fue prácticamente orillada por ese terror de verte morir de hambre y la culpa que ahogaba su ser al comprender que su hija, tu hermana, jamás la perdonaría, lo escuché, las vi y mi corazón se rompió porque las entendía.

Sabía que lo mejor para ti era éste lugar en el que serías alimentado y atendido por un médico de gran corazón.


Tus bellos ojos y sonrisa, me enamoraron, por eso callé todos estos años, sé que siempre quisiste saber de tu pasado, guarde silencio porque supe que era lo mejor para ti.

Si lees esta carta es porque ya tienes dieciocho años, tu amor por las letras a través de los libros, seguramente te llevaron a diferentes mundos, hoy sé que puedes perdonar mi silencio.


Te pido comprensión y sobre todo tu perdón.

Abigail


(Susi Robles)














Querido hijo:

¿cómo has estado? Te he extrañado todos estos años. Me pregunto que has hecho todo este tiempo.

En este tiempo transcurrido dejé el alcohol, fui mejorando. Me tomó tiempo pero mejoré.

Te pido disculpa por todo el daño que te provoqué.


Att. Tu padre adoptivo


(Jade)













Querido Esteban,


He pasado toda la noche pensando como comenzar esta carta. Me seria mucho más fácil no escribirla, pero en la maleta no cabe este nudo, necesito irme libre, ya sabes desahogado, sin esta cadena.

He pasado casi toda mi vida trabajando para este orfanato, mis ojos an visto de todo y por lo tanto creo que eso mismo me ha llevado a decir que es suficiente.

Me apunte para ser parte de la reserva de medicos en la guerra, y me aceptaron, siento que mi labor aquí termino.

pero no podia irme asi nada mas, desde que detectamos esa enfermedad, he pasado los últimos anos tratando de encontrar la solución, así que te añadí la prótesis con las instrucciones bien detalladas en la bolsa junto con esta carta.

Hasta aquí puedo escribirte, no tengo mucho tiempo, gracias por todo mi querido Esteban, mi querido hijo, no dejes que los anos apaguen esa luz en tus ojos.

Tu hermana ya sabe a dónde estas ! 


Att:  Tu doctor, Frederik Morf


(Roan Olivas)












Mi Querido niño:

Tu sabes que desde que llegaste a este lugar fuiste una luz nueva que ilumina cada rincón de este espacio que fueron testigos de muchas cosas que han pasado en tu vida que ha tan corta edad has vivió cosas muy difíciles igual que tus compañeros nada te va detener siempre tendrás aquí un espacio llévate el.libro que cada noche leímos cin tus compañeros de cuarto cuentos de leyendas y escribe tu nueva historia eres una niño que tiene un don especial  nunca lo olvides se fuerte aun más de los que has sido en todas las tormentas que te ha tocado vivir yo tengo que quedarme aquí para seguir cuidando a tus hermanos ,por que eso son tus hermano y hermanas y los que están por llegar tengo que seguir vuelve cuando puedas siempre esta será tu casa  

           Atte :Srita  Emily  Grim


(Naty Guerra)














Los Ángeles, California
Agosto 22, 1949

Mi muy querido Esteban:


Muchas veces he querido escribirte esta carta, la he redactado muchas veces en mi mente, siempre con la misma sensación de angustia de querer saber de ti, nunca la escribí, porque no hubiera sabido a donde enviarla. hasta hoy! andando por una vieja biblioteca del centro, me encontré a la señorita, Abigail ¡no lo podía creer! después de tantos años y no fue difícil reconocerla, se peina igualito y tampoco ha  cambiado tanto.

De momento me tuve la misma sensación de todos esos años que compartimos en el orfanato, en la que tú y yo conformamos nuestra familia, todas esas complicidades y lealtades que, siendo tan pequeños, y sin saberlo nos ayudaban a sobrevivir, siempre supe que eras importante para mí. 
Tanto que cuando me adoptaron les pedí a mis padres que te adoptarán a ti también, no fue fácil convencerlos, no eran tiempos fáciles, finalmente y lo hice pero ya era demasiado tarde, tu habías sido adoptado, y yo siendo una niña no supe más que hacer, después de algunos años regrese al orfanato para preguntar por ti y ya todo el personal que nos había conocido se había ido. Y los archivos habían sido desechados.
Pero al fin se de ti a través de la señorita Abigail; me comento que se han mantenido en contacto lo cual me alegra mucho.
Me entusiasma muchísimo que nos podamos ver y ponernos al tanto de todo lo que hemos vivido yo nunca he dejado de extrañarte.


Con cariño Daisy

(Gely Ángeles)

jueves, 22 de diciembre de 2022

Taller epistolar, Ana Saavedra_ ejercicios

 

Bienvenidos queridos anaquelianos. Ya listos para cerrar el año quiero compartirles algunas de las cartas, resultado del taller epistolar de este año. Recuerden que si estan interesados en tomarlo, envíen email a nuestra página.

anaquelliterario@gmail.com


En este taller vamos a adentrarlos en nuestros sentimientos para crear una carta a partir de una historia. Un taller de creación que además es catártico y una bella experiencia de creación, convivencia y sensibilización creativa a través de ejercicios guiados y lecturas dirigidas. 



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Ciudad de México, a 25 de septiembre de 2017


Querida hermana Dani: 

No sé ni cómo empezar esta carta porque sé que te causará una gran pena lo que voy a decirte. No imaginas los terribles momentos que vivimos el día del terremoto. Yo me salvé de milagro porque no estaba en casa, pero cuando llegué desesperada y vi que nuestra casa se había derrumbado, sentí que el mundo entero se me venía encima. Los rescatistas ya se encontraban ahí, levantando pedazos de losa. Se escuchaban quejidos entre los escombros, eran de nuestro padre. Cuando lograron rescatarlo, la vida se le iba, su respiración era entrecortada, tenía golpes por todas partes y la cabeza le sangraba. Solamente alcanzó a decirme cuánto nos amaba y que a pesar de todo, nosotras habíamos sido la razón de su vida, y exhaló su último suspiro.

Entre las ruinas de la casa encontré una maleta con una carta de él, que según dice en ella, pensó dármela el día de mi cumpleaños, pero se arrepintió de hacerlo para no amargarme la ocasión. En ella confiesa que en realidad él no era nuestro padre biológico. Al poco de tiempo de haberse casado con nuestra madre tuvo que emigrar a los Estados Unidos, por necesidades económicas, como casi todos los migrantes.

Cuando regresó, después de tres años, encontró que nuestra madre tenía “dos gemelas hermosas de un año” –así dice en su carta-. Pensó en abandonarla para siempre, por su infidelidad, pero ella le suplicó llorando amargamente que la perdonara. Ella se encontraba en la miseria porque el dinero que él le enviaba se lo había llevado el hombre que la sedujo, y que no quiso hacerse cargo ni de ella ni de nosotras, y desapareció de su vida. No le dijo, entonces, quién era.

Él tomó la decisión de quedarse, no tanto por nuestra madre, sino “por esas bebitas indefensas y tiernas que le robaron el corazón desde que las vio”. Juró cuidarnos como sus verdaderas hijas, y cumplió su juramento. Cuando nosotras teníamos siete años, falleció nuestra madre y en su lecho de muerte le confesó el nombre de nuestro padre biológico, era el propio hermano de él.

Te digo todo esto porque él mismo me pide en su carta que lo haga. No con el fin de deshonrar la memoria de nuestra madre, sino para que al faltarnos los dos, estemos enteradas de la verdad, por si algún día queremos perdonar al hombre que nos engendró, y si no, al menos sepamos quién es. Él perdonó la traición de ambos y la enterró para siempre en el olvido.

Por lo que a mí toca, te diré que solamente tengo o tuve un padre, al que admiro y siempre vivirá en mi mente y mi corazón. Del otro, no quiero saber nada en mi vida. Tú sabrás lo que decidas y yo respetaré tu decisión. Espero que pronto nos veamos y platiquemos personalmente.

Te quiere, tu hermana.

Lupita.

(Gil Arreola)



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Carta a mi Abuela Plácida Romero Adame:


Querida mamá.

Le escribo desde mi yo adulta. Esta carta, no habrá de leerla porque hace años que ya no está con nosotros, ahora está allá, donde su fe añoraba.

Primero quiero que sepa que su recuerdo me acompaña todos los días de mi existencia, que es una de las mujeres más importantes de mi universo, siempre tengo presente que gracias a sus enseñanzas, aprendí a leer y escribir siendo muy niña.

Recuerdo sobre todo, esas navidades de mi infancia, las veces en que, la verdad no se cómo lograba hacer que aprendiera de memoria esos poemas y salmos enormes, y luego la caminata de más de dos horas, bajando hasta el fondo de los cerros, atravesar el río y luego, esa subida interminable sintiendo el calor y el frío al mismo tiempo, con el aliento entrecortado mientras subíamos hasta llegar a Pueblo viejo, y todo para que su niña, participara en el servicio religioso, recitando los salmos que me había obligado a repetir mientras molía el nixtamal, luego, mientras lavaba los trastes, también cuando íbamos a dar tierra a la milpa, ¡vaya! Hasta cuando íbamos caminando para la casita de las gallinas y al llegar, seguir repitiendo mientras usted preparaba la humilde cena que, a nosotros, nos sabía a gloria, me hacía repetir incluso, cuando por la mañana, salíamos a pastorear a los chivos traviesos, por los cerros multicolores. 

Pero el ejercicio de la repetición claro que rendía frutos, porque a fuerza de ello, todo lo que leía se clavaba en mi memoria ¡ah, querida mamá! Casi podría asegurar que podría ver el orgullo en sus bellos ojos color miel, mientras amorosamente, planchaba el vestido que llevaría al servicio y mientras peinaba mis cabellos rebeldes, que no lograban acostumbrarse a estar quietos, aunque sus manos tenían el poder de sosegarlos.

Llegar a ese Pueblo Viejo, con su música a todo volumen, con sus calles de tierra y algunas empedradas y luego, dirigirnos a la Iglesia, era la meta de esos viajes, y creo que nunca se lo dije, pero esos viajes junto a usted, mi abuela, la que me crio en mi infancia, la que me inició en la lectura, son de los recuerdos más bonitos que tengo. 

Mamá: ahora que soy adulta, he pensado en sus sufrimientos, en la pobreza que la abrazó desde que fue la madre soltera que decidió abandonar al marido golpeador y sin embargo, no la recuerdo más que siendo amorosa, conmigo y con mis hermanos y hermanas, inculcándonos, lo que sabía: el amor y la paz y hacernos partícipes de esos sentimientos en las navidades, ahora que pienso en ello, me reconforta.

Dicen que antes de nacer, elegimos a las personas que serán nuestros padres, no se dice nada de las abuelas, pero sin duda, si eso fuera cierto y tuviera la oportunidad de una nueva existencia, yo la elegiría usted como mi abuela, como mi mamá.

Gracias mamá, tal vez no le dije nunca cuanto la quise y cuánto daría por volver a caminar los días 24 de diciembre, por ese cerro abrupto, cruzar el diáfano río y sentir el frío del agua mojándonos los pies, para luego subir y subir, para llegar hasta pueblo viejo y pasar la noche vieja recitando esos salmos enormes que a fuerza de repetición, llenaba de orgullo sus ojos y amanecer en ese pueblo extraño y familiar a la vez, para iniciar el viaje de regreso y escuchar contando a mi madre y hermanos, el éxito que tuvo la niña, pues recitó sin olvidar ninguna línea.

Gracias querida mamá.



Con todo el cariño acumulado en estos años de su ausencia, su nieta Josabeth.





Diciembre 12 del 2022


Amadísima Doña CELIA:


Que quedó después de tu partida?


Una tristeza y una depresión inimaginables.

Años viví llorando tu ausencia. En esta temporada que inculcaste en mi vida el abrazo genuino de esperar al Niño Dios y recibirlo con bomba y platillo, la gran fiesta del año. Provocaste siempre la unión de la familia. Recorrían largas distancias para disfrutar de una noche, si la Nochebuena.

La que tú organizabas con tanto amor y esperanza, cuidando todos los detalles, preparando los más suculentos platillos que a todos llenaba el paladar, cuyo ingrediente único, fue siempre el amor, se transformaba en aplausos al cierre de la noche, dicha y celebración.

Doña Celia, la más querida, la amalgama de abuelos, tíos, hermanos, primos, sobrinos, entre tantos otros como la familia extendida. El imán de los milagros, de la donación y el servicio.

Hoy puedo sin llanto de desolación, sino con las lágrimas de amor y conexión espiritual, que tuve, tengo y tendré contigo mi amor primigenio. Mi primera caricia, el primer olor, el primer sabor, el sonido de tu voz, y lo que mis ojos vieron por primera vez.

Son años ya los de tu partida, con esa paz y serenidad que hoy alberga en mi corazón, me embriaga el aroma de tu presencia, de tu sonrisa, de tu entusiasmo sin igual para celebrar esta hermosa temporada de reconciliación y reencuentro.

Gracias, gracias, gracias, por elegirme como hija y permitirme elegirte como madre, eres el amor de mi vida, mi compañera, mi amada Gorda, mi madre Celia.

Un ángel en la tierra partió al cielo, a ese encuentro de cara a cara del cual hablabas tanto y que todos anhelamos. Segura estoy de que te fuiste derechito y sin escalas.

Hoy echando una mirada a mi historia, a nuestra historia, conectada por ese hilo transparente largo largo de luz eterna que nos tiene conectadas. Puedo expresarme con enorme gratitud por tu amor, tu entrega, tu integridad, tu caminar silente, en el anonimato, llena de paz y un corazón generoso y siempre dador. Por tu heredad.

Yo soy tu, soy mi padre, soy resultado de ambos.

La mujer de 60 años que soy, cercana a preparar la mesa reunidos hoy los pocos que quedamos, porque así han ido partiendo, me mueve en lo más profundo de mi ser la limpieza de mi vida, el repaso de un año más de vida, la balanza de lo que hice y no hice, lo que dije y lo que deje de decir, la caricia dada y la que no di, en fin, el reencuentro con la pequeñez, la transitoriedad y lo intangible.

Levantaré mi copa para decirte en silencio, en esa intimidad que nos cobija, gracias por ser mi madre, gracias por tu presencia amorosa, dulce, tierna, el mejor ejemplo en mi historia.

Honro tu amor y tu vida unida a la mía. Hoy yacen en mis sepulcros familiares las evidencias claras y profundas de quienes aún dan vida a mi vida con su legado.

Estando muy cerquita de la cuna de quien viajará a nuestro hogar ese niño Dios que me enseñaste amar, gracias por tu heredad, celebra en grande mi vieja, que el cielo está de fiesta, que seguramente estás organizando con toda la familia

Mi ser entero se llena de emociones, te dice en estas líneas, que no alcanzaría en agradecerte la infinitud de tu presencia.

Por siempre mi amada, Feliz Nochebuena que mañana será Navidad.

Gracias gracias gracias


Tu hija que te AMA de Aquí a la Eternidad

(Claudia Yalile Guerrero )


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Querida amiga 


Te pido que me disculpes por no escribir tan seguido como quisiera, pero es difícil desde aquí mandar cartas y también buscar quien me pueda ayudar a  escribirlas, pero no quería que llegara navidad sin que tuvieras noticias mías. 

Recuerdo siempre nuestra hermosa amistad como mi tesoro más valioso y los momentos más felices de mi vida. Aún recuerdo las noches bajo la luna, el estar sentados uno junto al otro viendo el cielo, no necesitabas decirme una palabra para saber lo que sentías, muchas veces te vi llorar pero no dije nunca nada porque sabía que lo único que necesitabas era un amigo junto a ti, ¿recuerdas la navidad que pasamos juntos? solos tu y yo, fue triste no estar con toda la familia, pero nunca me sentí solo contigo a mi lado, cuando me siento triste recuerdo tu sonrisa iluminada por la luces de navidad, ese recuerdo siempre me hace muy feliz, Siempre me río mucho cuando recuerdo la vez que tire al piso toda la ropa del tendedero de la novia de tu papá, recuerdo lo enojada que estaba y la risa que te causo, pero tuvimos que ser muy discretos porque no queríamos que se diera cuenta que yo lo había hecho a propósito, solo con el fin de hacerte reír. 

Sé que si sigo hablando de nuestras anécdotas nunca terminaría porque fueron muchas. 

Pero queria darte las gracias porque el estar contigo para mí, todos los días fueron una gran aventura. 

Amiga se que tú vida ahora es diferente se que ya tienes hijos y no sabes lo feliz que me hace saber que no estás sola, que estás muy feliz. Pasa está Navidad llena de alegría y nunca olvides que desde dónde estoy siempre te cuido y recuerdo nuestra navidad juntos, 

Te quedan muchas cosas por vivir, pero cuando llegue el momento te estaré esperando al final del arcoiris, escucharás mis ladridos dándote la bienvenida a las nuevas aventuras que nos esperan juntos. 


Atte: Rocky

(Jessica Puebla) 



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San Miguel de Allende Guanajuato a 18 de Diciembre del 2020



Hola Querido amigo, justo me acaba de llegar tu carta y debo decirte que aún sigo impactado, sigo asimilando lo que me dices en ella. 

El motivo de esta carta es contarte lo que me pasó precisamente hoy 18 de diciembre, la verdad no me lo vas a creer, ni yo puedo creerlo a pesar de haberlo vivido. 

Parecía un día como cualquier otro yo caminaba del trabajo a la parada del camión, venía pensando en todo lo que haría llegando a casa, recoger mi ropa de la lavandería, darle de comer a Chester, arreglar el lavabo que estaba goteando. En ese momento una mujer joven se acercó a mi, me preguntó que si sabía dónde pasaba un camión al centro, yo le respondí que Sí, y le hice la seña de que me siguiera, ella parecía querer hacerme plática, yo estaba tan atrapado en mis pensamientos que poca fue la atención que le puse. Pero ella insistía incluso corrió para emparejarse a mi paso, y ahí comenzó a preguntarme cosas sobre mi vida, tanta fue su insistencia, que llegué a sentirme incómodo. Yo la voltee a ver con el seño fruncido, en eso me di cuenta que la conocía, era una de mis ex novias. Cuando la reconocí no sabía que hacer quería abrazarla, quería gritarle, quería dejarla con la palabra en la boca, quería irme corriendo de ahí. Pero me quedé parado viéndola sin decir nada. Me dijo Ernesto te vi de lejos y no sabía cómo acercarme a ti. Pero, finalmente tome el valor porque sentí la necesidad de pedirte una disculpa. Yo la miré aún con el seño fruncido y le contesté que no había necesidad de una disculpa, ya que todo lo que había sucedido era parte del pasado, y que podía seguir con su vida tranquila, porque yo estaba bien, que por mi parte no había nada que perdonar. Cuando me di la vuelta para irme, ella me dijo que nunca me había olvidado, que el dejarme había sido el peor error de su vida. Y deseaba que algún día pudiera ser tan feliz como yo merecía. Yo voltee a verla le sonreí, y seguí mi camino, sin decir más. Cuando llegue a casa ví que había llegado una carta tuya, me senté primero a pensar en mi encuentro, sin prender las luces y oyendo la gota del lavabo sonar. Después de un momento de introspección salió de la parte más profunda de mi ser la frase "Te perdono" después de decirla sentí un gran alivio y me dispuse a leer tu carta, quería olvidarme un poco de lo que había pasado. Cuando la comencé a leer las lágrimas corrieron por mi rostro y comprendí lo que en verdad había ocurrido. Hermano en tu carta me dices que Ariel mi exnovia murió el día de su cumpleaños que fue hace 3 días y yo la vi hoy 18 de Diciembre. Si amigo, Ariel fue la ex novia a la que ví y la que me pidió disculpas. Siempre me pregunte la razón que habría tenido en mi vida mí relación con Ariel, nunca pude responder esa pregunta hasta el día de hoy, la razón querido Compadre, era aprender a perdonar. Me di cuenta que el perdón tiene dos caras si no perdonas es el veneno más fuerte que hay y si perdonas es el bálsamo que todo lo puede curar. No me di cuenta que no había perdonado a Ariel hasta el momento que se disculpó, le agradezco que se viniera a despedir, porque sin duda la paz que ha dejado esta situación no se la di yo a ella, si no ella me la dejo a mi. 

No sé si te has dado cuenta como la vida pasa tan rápidamente, llega un momento en que no nos damos cuenta lo monótona que se vuelve, pero hay instantes que le dan ilusión a la vida, que te hacen sentir un ser especial y te inspiran a seguir viviendo y a vivir con toda intensidad, este es uno de esos momentos para mí. 


Atte Ernesto Flores 

(Jessica Puebla)


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Noviembre 19 del 2022

Ciudad de Acapulco Guerrero


Mi entrañable Claudia

Presuroso me sacudió el saberte tan fuera de tu paz dejándome temblando con tu declaración la muerte me anda rondando. 

He de compartirte esta mañana bajo el sol en todo su apogeo al lado de la alberca donde reposas de tus golpes, que yo el gran defensor de los derechos humanos en mi estado, el que persigue a los que desaparecen a niñas que como la mía fue asesinada hace ya casi 8 años, y con este poder judicial no he logrado absolutamente nada. Tu quien siempre me invitabas a bendecir la vida y dar gracias por el tiempo que estuvo mi hija a mi lado. Hoy conocí la muerte, si esa figura enigmática, que imaginamos como calavera o figura grisácea, obscura, temible,si supieras como se parece tanto a nosotros, figura humana. A quien tantas veces retaba diciendo ven por mi, porque mi hija. Por que una niña. Tuve un encuentro la noche de ayer, después de escucharte, por primera vez después de invocarla todo este tiempo, nos vimos de frente, no como en un sueño, no estaba distraído, estaba presente. Y entendí si, entendí con tu declaración que la muerte no nos anda buscando. Somos nosotros los que la buscamos. Me lo dijo. Hicimos un viaje en el tiempo y vi a mi niña con esa verdad que nunca quise reconocer ni aceptar.

Tu fuiste de las primeras que me lo dijo. Te odie por ello. Y hoy te amo, con tantos años en tu compañía, con una historia de vida juntos. Que fue tu voz la que me hace cambiar hoy del móvil porque y para que me expongo cada día y enfrento a los asesinos y secuestradores, uniéndome

a las familias que han sido tan lastimadas y atormentadas, ya son muchas a las que he apoyado. 

Tu anuncio de muerte, me regaló la vida. Entender el sabroso propósito de mi existencia y hacer la diferencia en la vida de los más que yo logré transformar. 

No te mueras, vive. Siempre sé tus pensamientos positivos que empoderan, que enamoran a apreciar la existencia. No eres tu la que habla del amor primigenio. .? Demuéstramelo.


Te amo porque se me da la gana,

Tuyo Javier Morlet

(Claudia  Yalile)


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Mi hermano de sangre Jorge


Dirijo estas líneas hoy posterior a esta sacudida del terremoto del 2017 en la CDMX , llena de dolor y lamento, que me estruja el cuerpo entero...

Por el fallecimiento de nuestro padre Salvador, solo Dios sabe cuanto vale la exigencia de la vida, que no es comprada, ni segura, ni perdura.


Lo hago llena de sentimientos encontrados, primero por que confío, algo me dice que estás vivo, con sorpresa he vivido que después de esta sacudida terrenal , estaremos en contacto directo, presente, activo y lleno de gratitud por estar vivos y unidos para el amor primigenio de nuestros viejos.


Te confieso que encontré una carta de nuestro padre. SI escuchas muy bien nuestro padre, quien me confiere la oportunidad de contactarte y compartir esta noticia y ya sabemos como éra nuestro padre... Que hoy goza de la gloria eterna . Hoy tu hermana de sangre, soy una mujér cargada de años...en mi plenitud. Peso arriba de 7O kilos y de estatura que confió seamos de la misma,,,arriba de los 1.72 centímetros..te imagino alt0, erguido. Guapo y vibrante, así como yo.


Esta es una refrescante y nueva oportunidad de compartirnos mas allá de la ausencia en nuestras vidas, y recreemos una relación nueva y resuene abiertamente como hérmanos de sangre.


te amo entrañablemente, aún y a pesar de la distancia de no conocernos, que al final nadie se conoce al 1000 por ciento,..así la vida,


Aquí cuentas conmigo. Tu hermana de sangre

Vivamos unidos el resto de nuestras vidas.


Te amo por que se me da la gana 

Tu decides?

(Claudia  Yalile)




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(Leer una semana después de navidad)

Lo lamento mucho, comprendo que no es correcto el como eh actuado contigo, aun recuerdo tu mirada juzgándome con rareza, confusión y decepción con tanta claridad, siempre la mente tanto haberme comportado con una actitud tan infantil, durante meses tras darme cuenta qué fue error mío aquel alejamiento, no podría haberte  visto  a los ojos, me dolía tanto  aceptar qué  mi inmadurez  había  arruinado uno momento importante  de esos focos  en que  esta familia destrozada se une, eras entre todas las personas en esa habitación, llena de arboles y luces artificiales, en Quien mas podía confiar, mi familiar mas cercano lejos de mi familia, esa navidad fue tan desgarradora, mie emociones se desbordaban del vaso sin poder ocultarlo no expresarlo, lo lamento tanto, espero algún día puedas  perdonar El gran error que cometí… tras esa fecha eh de admitir solo quería que me ignoraras y fueras feliz, pase años atormentándome por tal acción que, Aunque el tiempo puede haberlo llevado al olvidó, mi conciencia recuerda tan fresca la presencia del seco aire qué congeló el tiempo, la plática de los mayores que se escuchaba más lejos, las carcajadas de los más peques qué era cada vez más borrosa y en el silencio de esa noche,  a pesar de la cercanía de los presentes fue la Navidad más solitaria que pude vivir, no podré cambiar ya el pasado para desgracia mía Pero te aseguro qué no cometeré el mismo error, Por eso mismo te he pedido al inicio que no la leas hasta estar seguros que no volveremos a vernos pronto, espero que pases un gran año nuevos y que nunca más ni yo, ni nadie te haga infeliz, que cumplas todos tus deseos querida prima, prospero año nuevo.


Para mi querida Eliza

De tu primo Manuel

(Laura Cecilia Silva Díaz)



***Estas cartas son un ejercicio de ficción creado en el taller epistolar de Ana Saavedra y solo son algunas de las realizadas dentro del mismo. Para más información sobre el curso manda un email a nuestra página, estaremos encantados de responderte.



Ana Saavedra

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