viernes, 30 de marzo de 2018

Alas de Papel, relatos Marzo 2018


Relatos escritos por
 los niños y jóvenes del taller
"Alas de papel para niños y jóvenes escritores"


EL NIÑO Y LA SERPIENTE
Aldo Tapia Mosqueda

Había una vez una serpiente que se colgaba del árbol. Un niño se subió a ese árbol y lo mordió. El niño gritó y su mamá lo oyó. Fue corriendo a verlo y le preguntó que qué le había pasado, él le contó sobre la víbora pero su mamá no le creía.
Lo llevaron al hospital pero  en el camino dejó de respirar por el veneno mientras que su papá, que se había quedado en casa, encontró a la víbora y la mató con una guaparra.
Cuando la víbora murió, el niño volvió a respirar.


Aldo tiene 11 años y forma parte del Taller para Niños Escritores de la Comunidad Mexiamora en Guanajuato por cortesía de Minera Mexicana El Rosario subsdiaria de Great Panther Silver. Le gustan las tortillas con salsa y cuando crezca quiere ser piloto aviador.


LA VIDA
Ana Sofía

La vida en mi opinión, es algo que está en constante movimiento, cambio y transformación no es algo que se pueda detener, nadie nos puede decir cómo vivirla, es nuestra decisión y en mi opinión es importante aprovecharla, porque no hay otra.
Veámosla como una metáfora, simplemente como uno de esos viajes en auto que de seguro todos hemos realizado al menos una vez, tus padres siempre te llevan en la parte trasera hasta que creces un poco más entonces puedes apreciar todo desde otro panorama.
Primero se siente raro pues en el camino hay que frenar, en ocasiones de golpe y el poder ver lo que la demás gente hace, es increíble pues no todos actuamos de la misma manera pero a pesar de todo eso, las expresiones son diferentes.
Entonces llega la hora del sol y entonces bajamos el espejo, ese que a veces usa nuestra mamá para maquillarse o que incluso tú mismo usas para verte; te ves tanto tiempo que te olvidas de los demás, ya no podemos ver todo el panorama, dejamos de ver el cielo, el sol, los dibujos que hacen las nubes y finalmente comenzamos a ver el celular o en el mejor de los casos a platicar, que no es que este mal, pero ¿Qué pasa con el disfrute del viaje?
Nos lo perdemos casi por completo, después llegamos a nuestro destino y nos bajamos.
La vida para alguien menor sería así, conforme vas cambiando, ella cambia, pero nunca se detiene.
Hasta que un día te detienes. Eres viejo y te bajas, tal vez te encuentras a tu madre que se bajó años antes o tu padre o a tu hermano, o quién sabe, inclusive te puedes encontrar a tu mascota, y cuando te bajes ya no hay vuelta atrás, de repente te das cuenta que nunca, durante el viaje subiste el espejo, nunca pudiste disfrutar de la vida y finalmente ya no hay marcha atrás así que, insatisfecho, sigues tu camino.
¡Sube el espejo!, están bien distraerte, pero date cuenta de lo que te pierdes, disfruta del sol, del cielo, de las nubes, incluso de la luna, las estrellas, la lluvia, y claro, de la compañía, pues algún día quién sabe cuándo te vas bajar de auto y te darás cuenta que viviste la mejor vida del mundo, que la disfrutaste y que conseguiste lo que querías… Vive.

Ana Sofía es  forma parte del Taller de Escritura Creativa en Querétaro bajo la Coordinación de Isabel Gama. Este texto lo publicó también en el blog del Instituto J. Francisco Rodríguez que
recomendamos visitar:



LA PALOMA
Ana Victoria Rangel Gutiérrez

Había una vez un señor que hacía una pizza muy rica. Él era muy famoso y su pizza también. Un día se le ocurrió hacer spaguetti y le salió bien rico.
            -¡Hurraaa! Compren su pizza y de regalo spaguetti –gritaba el señor muy contento.
Su restaurante estaba lleno, cuando el señor estaba cocinando llegó una paloma y se posó sobre si hombro y el ave dijo:
            -¡Cucu cucuuu cu!
El hombre le preguntó:
            -¿Tienes hambre?
Y le dio una rebanada de pizza. La paloma se la comió toda. El señor adoptó a la paloma y ella aprendió a cocinar y los dos vivieron desde entonces muy felices.

Ana Victoria tiene 9 años y lleva 2 años en el Taller de Niños Escritores de Cata patrocinado por Minera Mexicana El Rosario Subsidiaria de Great Panther Silver S.A. de C.V. en Guanajuato, México.


EL LOCO
Karol Andreina Rivera Ramírez

Había una vez un señor que estaba loquito. Era un señor que alguna vez estuvo bien pero se cayó, se lastimó la cabeza.
Un día, un cazador que vivía en una cabaña del bosque fue a explorar la naturaleza y encontró al loco que andaba corriendo por todas partes. El cazador ya tenía varios días de escuchar cosas raras sin saber de dónde provenían y se asustó porque los gritos del loco eran muy fuertes. Pensó que le sucedía algo malo y decidió llamar a una ambulancia.
El loco fue atendido y poco a poco se recuperó hasta conseguir recuperar su vida normal y ser feliz otra vez.

Karol tiene 9 años y tiene 2 años en el Taller de Niños Escritores de Mellado patrocinado por Minera Mexicana El Rosario Subsisdiaria de Great Panther Silver. Su comida favorita son las gorditas que hace su abuela.  


LA PIRATA
Marielena Orozco Corona

Había una pirata que era la hija del capitán que la enseñaba para que cuando ella ya fuera grande tomara su puesto, al principio los demás tripulantes se le oponían pues creían que una mujer no debía dirigirlos, pero cuando la infanta se hizo grande demostró su enorme habilidad de líder y los hombres se dieron cuenta de que no por ser mujer significa que es inferior y todos juntos navegaron por los siete mares consiguiendo tesoros y donando parte a la caridad pues sabían que había gente que lo necesitaba más que ellos.

Marielena tiene 11 años y desde hace un año pertenece al Taller Independiente Alas para niños escritores en Guanajuato, México. Su comida favorita es el espagueti que cocina su abuelita y su autor favorito es Kiera Cass.


PINTOR DE ESPERANZA
Shaday Michael Naranjo

Un día cogí un pincel           
y me puse a pintar.                                               
Pinté la libertad de nuestro pueblo 
cansado de esperar, 
una rueda abrazos de todas las personas 
empezando en el hogar. 
Pinté el silencio de bombas y cañones 
cansados de estallar, 
rosas blancas y jazmines 
en el campo y la ciudad. 
Pinté un edén sin maldad y sin pecado, 
a niños en parques y jardines 
jugando  sin parar, 
a todos los campesinos 
labrando la tierra sin parar. 
Pinté y pinté una pintura hermosa 
con mi pincel de esperanza. 

Solo me faltó pintar  
y me tocará esperar 
a los hombres violentos  
arrepentidos buscando la verdad. 

Shaday tiene 13 años, formó parte del Taller de Niños en Chinú, Córdoba, Colombia a cargo de la escritora Mirian Castillo Mendoza.

                                
 



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